Lógica aplastante

El caso es que el otro día íbamos caminando por la calle y vi a una pobre palomita aplastada imagino- que por las ruedas de un coche. Cuando quise darme cuenta ya estábamos muy encima de ella así que mi única alternativa fue cruzar los dedos para que Ale no la viese. ¡Imposible!, la aguililla la vio y sólo a ella se le ocurre decirme: ¡Mira papá, la atopelló un coche por no pasar por el semáforo!.
De una lógica aplastante vamos, sobre todo para la pobre paloma, y perdonen el humor negro.
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