La soldado Alejandra

Les cuento una pequeña historia. Vamos al parque y allí me convence para que le compre una bolsa de palomitas: la grande, ¿eh? me dice ladeando su cabecita hacia la derecha y cuando yo le pido que me dé entonces me dice: papá, tenes que pedímelo po favó y decir gracias, entonces yo te doy y claro yo pongo cara de sorprendido mientras me muero de la risa por dentro y me inflo más que el propio maíz.
Lo que ya no me hace mucha gracia es cuando le pido unas pocas más de palomitas (con el po favó ya incluido) y la loca bajita me suelta: no puedo date más poque luego me riñe tu mama poque luego no comes. ¿Qué les parece?, cuando la realidad es que ella se come todas las palomitas, llega a casa no come y a quien riñen es a mí.
Moraleja: De todas todas y pase lo que pase a mí siempre me van a reñir.
3 comentarios
Ame -
Irenia -
Hechi -