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Una Campanilla llamada Ale

La soldado Alejandra

La soldado Alejandra Me encanta que mi hija me gobierne y me dé órdenes, no lo puedo evitar, me hace mucha gracia. En ocasiones la provoco y me hago el tonto para que ella se haga la mayor y me riña y se esfuerce en explicarme lo que hago mal. Luego llega a casa de mis padres y les cuenta lo que hemos hecho, lo mayor que es y cómo ha solucionado sus problemas y los de su papá.

Les cuento una pequeña historia. Vamos al parque y allí me convence para que le compre una bolsa de palomitas: la grande, ¿eh? –me dice ladeando su cabecita hacia la derecha y cuando yo le pido que me dé entonces me dice: papá, tenes que pedímelo po favó y decir gracias, entonces yo te doy y claro yo pongo cara de sorprendido mientras me muero de la risa por dentro y me inflo más que el propio maíz.

Lo que ya no me hace mucha gracia es cuando le pido unas pocas más de palomitas (con el po favó ya incluido) y la loca bajita me suelta: no puedo date más poque luego me riñe tu mama poque luego no comes. ¿Qué les parece?, cuando la realidad es que ella se come todas las palomitas, llega a casa no come y a quien riñen es a mí.

Moraleja: De todas todas y pase lo que pase a mí siempre me van a reñir.

3 comentarios

Ame -

Que lindaaaaa!! Jo, yo tengo una sobrina de tres añitos y es listísima (que voy a decir yo) ^_^ también le encanta decir lo mayor que és y reñirnos cuando hacemos algo mal xD

Irenia -

Será que eres malo ;-ppp

Hechi -

Después de haber comido unas cuantas palomitas, ¡qué te riñan lo que quieran!