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Una Campanilla llamada Ale

Las "zapatillas" de Ale

Las "zapatillas" de Ale Conseguir que Ale se ponga las zapatillas cuando llega a casa es una guerra que para si la quisien: George Bush, Blair y Aznar.
Lo cierto es que debe de ser bastante común en todos los niños (o si no tendré que empezar a pensar que es cosa de familia) porque yo recuerdo, cuando era niño, la forma en la que me mi madre me 'recomendaba', me 'invitaba', me 'aconsejaba' que debía ponerme las zapatillas, no sé si me entienden, ya saben: 'aquí alguien ha matado a alguien'. Veía venir a mi madre por el pasillo con mis zapatillas en alto, con cara de misil Crucero, y un blanco claro e identificado: mi culete. ¡Qué curioso mamá!, no te lo vas a creer pero estaba pensando ahora mismo en ponerme las zapatillas.
Bueno, el caso es que el fin de semana pasado le digo a la gamberra que se ponga sus zapatillas e instantes después la oigo venir por el pasillo caminando a trompicones, riéndose ¡¡¡¡¡con los zapatos de mi madre!!!!.

1 comentario

Irenia -

Decididamente, lo lleva en los genes!!!