Blogia
Una Campanilla llamada Ale

Ale Lastrum

Ale Lastrum El otro día Ale me preguntó que por qué no le compraba un caballo. Tuvimos más o menos la siguiente conversación:

-Bueno -le dije, para no quitarle ya de primeras su ilusión, pero tenemos un problema: ¿quién cuidará del caballo cuando tú no estés?.
-Tú -me dice convencida.
-Pero hija, yo trabajo. Entonces se queda unos instantes pensativa y me dice:
-Pues entonces viene conmigo al cole -resuelve.
-Ale, los niños van a un colegio de niños y los caballos van a un cole de caballos, además ¿dónde dormirá?.
-Conmigo.

Entonces el que se queda pensativo soy yo, la miro, la veo con sus dos trenzas, su sonrisa que le hace dos hoyitos en las mejillas muy graciosos, su lunar, sus ojos grandes, abiertos y veo que en sus pupilas aparecen ya dos caballos reflejados.
-Vale -le digo, buscaremos un caballo y le pondremos de nombre pequeño tío.

0 comentarios