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Una Campanilla llamada Ale

Y lo que tuvo que sonar... sonó

Y lo que tuvo que sonar... sonó Tuvo que ser en Carnaval, tantos días diciéndome que era tu novio, tanto días pidiéndome que me casase contigo que al final...sonó, aunque algo tuvo que ver que te viese estos días vestida de india y me estuvieses apuntando con un arco con flechas en el momento justo de decirme que tenía que casarme contigo, ¿cómo negarme?. Primero la madre y ahora la hija, doctor: ¿soy normal?, ¿esto es una pesadilla?.

Lo que no entendí fue tu ceremonia, simplemente no hubo, ni entiendo tu forma de llevar este matrimonio conmigo pues me sigues llamando novio. Nada más casarnos en la habitación de la casa de mis padres, sin nadie de testigo para empezar y sin firmar ningún papel para continuar, me dices que también estás casada con Lucas, un niño del cole. El caso es que me pediste que bailase contigo como la bella y la bestia, así que algo te debe sonar, vale –te dije, esta es la mía, vamos a ajustar cuentas con tu pasado y el mío, cogí el Cd de la Vargas, lo puse en el equipo de música y bailamos el “vals”:

“Ná te debo.
Ná te pío
me voy de tu vera
olvídame ya.
Que he pagao con oro
tus carnes morenas
no maldigas paya
que estamos en paz.
No te quiero,
no me quieras,
si todo me diste
yo na te pedi
No me eches en cara
Que to lo perdiste
También a tu vera yo to lo perdí
Bien pagá
si tu eres la bien pagá
porque tus besos compré
Y a mi te supiste dar
por un puñao de parné
Bien pagá, bien pagá,
bien pagá, fuiste mujer.”


La música debía de estar muy alta porque el ruido de los invitados no podía ser, así que llega la abuela al salón y te pones a hacer que lloras, me quedé helado, (¡joder! ni que entendieses la letra, ¡qué niña!) y le dices que lloras porque eres una novia, y las novias lloran, y que te has casado con papá, ¡como si yo te hubiese obligado!. Pero claro mi madre mira para mí, pone cara de suegra ¡¡cuando es mi madre!!!! y soy yo el que tiene que explicarle, que no, que también estás casada con Lucas sin saber si eso lo aclara o lo complica más.

Por lo que parece estos días han sido Carnaval Ale, aunque yo no he notado diferencia alguna con el resto de mis días, no sé, será que vivo en un continúo absurdo, ó que veo a los demás permanentemente disfrazados en esta puta comedia que nos ha tocado vivir. Si noto, ahora que tú no estás, que no hay Carnaval pero ahora enseguida me cojo a la vieja y la saco a dar una vuelta para que le ponga letra al “vals de los novios”:

“No te engaño
quiero a otra
no creas por eso
que te traicioné
no cayó en mis brazós
me dio solo un beso
el único beso que yo no pagué.
Ná te pido.
Ná me llevo
entre esas paredes
dejo sepultado
penas y alegrias
que te di y me diste
y esas joyas que ahora
pa otro lucirás.”


PD: Las reglas están para saltárselas, si no ¿qué gracia tendría la vida?. Carpe diem! ;D

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