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Una Campanilla llamada Ale

Al estornudar...

Al estornudar... Estaba tranquilamente el otro día echando un vistazo al periódico mientras tenía a Ale, a la que miraba de reojo, entretenida, coloreando un cuadernillo, sin salise –como ella dice. El caso es que me puse a estornudar, quizás porque la primavera ya está cerca y la señorita, como si estuviese educada en uno de estos internados suizos, me dice muy educadamente: ¡jesús!.
-¿Jesús? –le digo levantando mis ojos del periódico, yo me llamo Paco, y si no, papá.
-Noooooo papá –me dice ella, cuando es santina se dice ¡jesús!.

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