103 Dálmatas
La mañana de año nuevo Ale me pidió que jugásemos a ser perrinos, seremos dálmatas me dijo, así que ella sería Perdita y yo, Pongo. Perfecto, cogimos unos lápices que harían el papel de huesos y nuestra caseta estaría debajo de la mesa.
Algo empezó a ir mal cuando a los pocos minutos, caminando a cuatro patas, siento el peso como de un cachorrín sobre mi espalda gritando: ¡Are, are, are caballito!.
-¡Eh, un segundo!, ¿en qué quedamos?, ¿somos dálmatas o soy un caballo?.
Pero algo terminó por ir rematadamente mal cuando la Perdita de tres años me dijo: ¡papá, los perros no hablan!. ¿ ?
Algo empezó a ir mal cuando a los pocos minutos, caminando a cuatro patas, siento el peso como de un cachorrín sobre mi espalda gritando: ¡Are, are, are caballito!.
-¡Eh, un segundo!, ¿en qué quedamos?, ¿somos dálmatas o soy un caballo?.
Pero algo terminó por ir rematadamente mal cuando la Perdita de tres años me dijo: ¡papá, los perros no hablan!. ¿ ?
1 comentario
hada -
Besos